Mírame date vuelta y
mírame, date vuelta y volve POR FAVOR y acá estamos otra vez rogando q alguien te mire. Cuando queres q alguien te
mire no importa ninguna otra mirada buscaras esa mirada y ninguna más. Pedimos a gritos
desesperadamente q abran sus ojos y nos q nos vean… q vean nuestro dolor y nos comprendan. Hacemos enormes
esfuerzos para no necesitar de nadie, para necesitar de una mirada para existir; pero somos esclavos de esa mirada la necesitamos como al aire,
hacemos cualquier cosa por atraer esa mirada intentamos ponernos en el campo visual del otro… quisiéramos tener un reflector
que nos ilumine… quisiéramos brillar para ser mirados. Lo curioso es q los ojos q más nos obsesionan
son los q no nos pueden
mirar, pero la mejor mirada no es la q se nos niega, sino esa mirada q no vemos la que ignoramos
distraídamente. Esa
mirada inesperada fuera de todo calculo, esa mirada q nos ve cuando no nos sentimos mirados y por lo tanto nos
mostramos mejor. Una mirada capaz de atravesar la máscara y ver lo q hay de tras, es imposible pedirle q nos mire a
una mirada vacía… vaciada. Pero lo queramos o no somos esclavos de esa mirada porque todos
somos luces apagadas q solo se encienden cuando alguien nos mira.
No hay comentarios:
Publicar un comentario